27 octubre 2006

se mató frente a rehenes

[Concepción] Llevaba un revólver calibre 22 y 90 balas. Muchacho tomó 5 rehenes y luego se mató frente a ellos. Joven intimidó a funcionarios de una oficina penquista y exigió la presencia de Carabineros. Uniformados intentaron conversar con él, pero el joven se disparó un tiro en la sien.
Llevaba un arma calibre 22, cargada, y unos 90 tiros guardados entre sus ropas. Pasado el mediodía ingresó al Edificio del Pacífico, frente a los Tribunales de Justicia en Concepción, subió al segundo piso y allí comenzaron a gestarse los minutos de tensión que terminaron en tragedia.
¡Todos al suelo! gritó exhibiendo el revólver en la mano y con su rostro cubierto por un pasamontañas.
Luego tres tiros disparados hacia el techo hicieron reaccionar a las personas que estaban dentro de la oficina que la Corporación de Administración del Poder Judicial mantiene en el recinto.

Pánico en la Oficina
Los gritos de nerviosismo y temor llenaron el ambiente, a la vez que uno de los administrativos era tomado como rehén. Sujeto del cuello y con el arma apuntando a su cabeza, intentaba seguir las órdenes que su captor le daba.
¡Llamen a Carabineros! Fue la siguiente orden, siempre hablando con mucha determinación, al punto que el personal de las oficinas contiguas, entre ellas la de un banco, escucharon todo lo que ocurría. Por ello, una funcionaria bajó gritando y pidiendo ayuda, asegurando que un encapuchado estaba asaltando el lugar.
Esto fue escuchado por Carabineros de Tránsito que se encontraban realizando sus habituales funciones.
Los efectivos subieron a la oficina, donde vieron que el tipo amenazaba con el arma a un hombre, mientras que el resto de la gente estaba tendida en el piso.

Sorpresivo Final
La policía intentó dialogar con el sujeto, para que depusiera su afán, pero esto de nada sirvió. El nerviosismo del tipo fue en alza, al parecer por verse rodeado de uniformados. Fue por ello que dejó de apuntar el cañón del arma en contra de su rehén, la puso en su sien y se descerrajó un disparo.
El cuerpo del hombre yacía inerte, con el arma a su lado. Mientras, los llantos nerviosos de las mujeres rompieron el silencio que minutos antes reinaba, a la vez que más Carabineros llegaban al lugar.
Al poco rato, los fiscales Patricio Aravena yMarcela Cartagena, subieron al sitio donde todo ocurrió. Conversaron con los testigos y ordenaron diligencias a la Brigada de Homicidios (BH), y el Laboratorio de Criminalística (Lacrim).
Mientras, en la calle, Carabineros acordonaba el edificio dado que cientos de curiosos intentaban averiguar qué había pasado, por la cantidad de efectivos policiales que allí estaban.

"Joven Extraño"
Ricahard Castillo había ingresado este año a la carrera de ingeniería informática en la UCSC. Durante todo el primer semestre, no se hizo de amigos y apareció muy poco en el campus universitario.
De hecho, sus compañeros sólo lo recuerdan como un joven "extraño" y que en ocasiones quiso llamar la atención bromeando con los profes o reclamando por los horarios.
"Incluso a comienzo de año llegó con el pelo largo y una barba. Luego desapareció por un tiempo y llegó completamente distinto, con un nuevo estilo. A veces pasaba súper piola y otras en cambio quería llamar la atención ", relató un estudiante de primer año.

Situación Irregular
En cuanto a su situación académica, la secretaria general de la universidad, Teresa Lobos, señaló que Richard Castillo había suspendido sus estudios. "En junio quiso renunciar a la carrera, pero finalmente no se concretó la solicitud y a fines de julio decidió dejar los estudios, argumentando motivos personales", explicó Lobos. A su vez, señaló que el muchacho no registraba visitas a los servicios médicos con los cuales cuenta la universidad. "No iba ni a sicólogo, ni a ningún tipo de médico", concluyó.

Puzzle Policial
Muchas son las cosas que faltan por dilucidar en este extraño caso, donde el joven, Richard Castillo Huaquiche, fue actor y víctima.
Entre ellas, determinar la real causa que llevó al estudiante de 24 años, de la carrera de igeniería civil informática en la Universidad Católica de la Santísima Concepción, a su temeraria acción. Al igual que esto, no se sabe a ciencia cierta los motivos, lo único que se puede inferir es que dada la cantidad de municiones que portaba, nada menos que 90 balas, la situación pudo haberse transformado en tragedia. Uno de los puntos que más llama la atención es el hecho de que el muchacho requería la presencia de Carabineros en el lugar, en momentos que mantenía a sus rehenes intimidados. En tanto, la familia se reunió ayer por la tarde con el fiscal que lleva la causa, pero lejos de ayudar a dilucidar el hecho, sólo se limitaron a consultar cómo había ocurrido todo, sin aportar datos vitales para la investigación.
[Helia Avendaño R.]
[27 de octubre de 2006]

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crónica]

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